¿Por qué la gente deja su viajazo, ya si eso, para el año que viene, cuando en realidad quieren decir para nunca?

Te lo contaré pero antes recordemos a la gran Elizabeth Hawley.
La Sherlock Holmes, la arbitra de los ochomiles, la notoria del Himalaya.

Era pequeñita, enigmática y le encantaba investigar. Prueba de ello era el interrogatorio al que sometía a todo aquel que decía subir esos gigantes, severo, intimidante, propio de un sabueso.

Todo lo que ella decía iba misa, su veredicto era tan respetado como temido.

¿Su secreto?

El chismorreo.

Sabía todo lo que pasaba por allí arriba porque los sherpas se lo contaban todo, todito.

 

 

Llegó a Katmandú por trabajo y quedó varada en Nepal para siempre.

Eso le permitió ser una más, le gustaba su gente, sus costumbres y se movía como pez en el agua por Katmandú.

Por eso si quisieras viajar  a Nepal y Elizabeth Hawley fuera tu amiga, seguro que no dudarías ni un segundo en pedirle consejo.

Porque si formas parte del común de los mortales seguro que lo que no te sobra es tiempo.

Tiempo para investigar, contrastar y sobre todo aterrizar el plan.

La pena es que Miss Himalaya murió en 2018, a los 94 años de edad.

Pero quién sigue vivito y coleando es Jose Antonio Masiá.

 

 

 

Cuando era pequeño hacía un álbum que se llamaba Vida y Color sobre diferentes razas, animales e historia, y otro Colección Universal donde tenía que conseguir el mapa, la bandera y la moneda de todos los países.

 

 

Ahí empezó a germinarse la semilla de la curiosidad.

Tenía ganas de ver Santa Sofía, el Taj Mahal o el desierto de verdad.

En el 78 llegó la oportunidad.

Y en Katmandú se le metió en la cabeza crear una forma diferente de viajar e intentar vivir de ello.

El caso es que Jose Antonio Masiá después de 40 años sigue investigando, explorando y proponiendo nuevos destinos.

Y con el mismo ingrediente secreto que Hawley, el contacto con la gente local, el acceso a la información clave.

 

 

Si ya tienes bastante con tu día a día y si para un ratico que rascas no te apetece lo más mínimo ponerte a investigar, buscar y rebuscar en la nebulosa de internet para organizar tu viaje, pues es normal, perfectamente normal.

Pero eso no significa que tengas que renunciar a viajar como siempre lo has hecho, sin caer en topicazos, paquetitos y modas absurdas.

No apagues esa voz viajera que te impulsa a salir ahí fuera y vivir con mayúsculas al menos unos días al año.

Dejarlo para mañana, es dejarlo para el mes que viene, y luego para el año que viene y luego para nunca.

Y lo sabes.

Y si uno se pierde una serie, un curso o un evento pues bueno ni tan mal, pero que no se te escape la vida por los rincones.

 

 

Mira, media hora – 45 minutos como máximo.

El jefe no necesita más.

Te hace unas cuantas preguntas, no a lo Hawley, sino algo como quedar a tomar un café con un colega,  y en menos que canta un gallo tienes tu viajazo montado.

Y se hace por una videoconferencia, por Zoom.

No rechistes que ya sé que da pereza, no, perezón en todo lo alto.

Pero nos conocemos, y el vaivén de correos, adjuntos por aquí, links para allá, que si esto me falta, que si esto otro no lo entiendo, atasca.

Y también lo sabes.

Así que al grano y de una tacada.

Pim Pam Pum

Reserva cita y hora y lo dejamos enfilao.