Uno de los últimos secretos de África
Angola concentra en las regiones de Huila, Namibe y Cunene, situadas al suroeste del país, hasta dieciséis tribus diferentes.
Estas comunidades han mantenido su forma de vida hasta nuestros días debido, en primer lugar, a que habitan en regiones desérticas o semidesérticas, en segundo lugar, a que entre 1933 y 1974 hubo zonas prohibidas y en tercer lugar por la guerra civil que finalizó en el 2002.
Ya sea en la sabana, el desierto, el bosque o en los lechos de ríos secos, todavía se pueden encontrar grupos tribales seminómadas que se aferran a sus métodos de vida tradicionales, sin ser molestados por las influencias del mundo moderno, y mucho menos por los turistas.
La Puerta del Sur
Luanda es la capital del país, pero es Lubango, la puerta de entrada a la región del sur de Angola y está enclavada en un valle verde rodeado de hermosas montañas.
La Ciudad, da una idea del importante asentamiento portugués que fue, con sus destartalados edificios coloniales de desvaídos colores pastel, cuando hordas de inmigrantes de Madeira se trasladaron a la región para desarrollar el interior del sur de Angola y establecer sus granjas.
Muchos edificios nuevos, mercados concurridos y el centro comercial contemporáneo “Millennium” muestran que el país está redescubriendo su identidad y avanzando, a pesar de siglos de dominio portugués que terminaron en 1975, seguidos de una guerra civil de 27 años.
De aquí hacia el sur, el territorio se divide en sabana, praderas y bosques, con algo de desierto (desierto del Namib) en la región fronteriza con Namibia.
Los Himba, Mutua y Mucawana de la provincia de Cunene
Los himba son una comunidad de pastores seminómadas que viven tanto en Namibia, donde se han convertido en una atracción turística, como al norte del río Cunene, en las llanuras salvajes de la sabana sur de Angola.
Cuando visitas de amanecida sus poblados, encuentras a los hombres preparando el ganado para llevarlo a los pastos más verdes y a las mujeres cuidando de los hijos, ordeñando las pocas vacas que permanecen en el poblado y cuidando del fuego.
Las mujeres himba son conocidas por fabricar oncula, una pasta de ocre rojo creada a partir de piedra roja triturada y grasa animal. Para mejorar su aspecto, se aplican la pasta en la piel y el pelo, esta, según dicen, también evita que crezca pelo en el cuerpo y protege la piel del sol.
Sus atuendos consisten principalmente en una falda de cuero de vaca, zapatos construidos con neumáticos usados y pesadas joyas alrededor del cuello. Una gran caracola cuelga de los habituales collares de barro de las mujeres sobre sus pechos desnudos, un signo de fertilidad.
Sus peinados, incluyen rastas rojas cubiertas de barro que terminaban en pompones negros. Llevan una “corona” esculpida en forma de tres hojas hecha de piel de animal en la parte superior de la cabeza, llamada ekori para las niñas y erembe para las mujeres casadas.
Las cabezas de los niños están afeitadas o sólo tienen un pequeño mechón de pelo en la parte superior, los jóvenes varones llevan una sola trenza en la parte posterior de la cabeza, y las jóvenes llevan dos trenzas delante de los ojos.
Aunque las mujeres Himba pasan horas acicalándose, nunca se lavan con agua, sino que prefieren bañarse en un fragante “baño de humo” creado por la quema de plantas aromáticas y resinas.
En esta zona, se encuentran pequeñas aldeas de recolectores de plantas silvestres, los mutua (también conocidos como mohimba o muhimba), similares a los himba en apariencia pero más bajos de estatura. Otras tribus consideran a los mutua como una casta inferior, ya que no poseen tierras ni animales y parecen estar menos preocupados por su aspecto.
Con multitud de cuentas multicolores alrededor de la frente, el cuello, los tobillos, las muñecas y la cintura, y las cruces de hierro en la espalda, los agradables y extrovertidos mucawana tienen un aspecto encantador. Sus peinados se refuerzan con una mezcla de estiércol de vaca, grasa animal y hierbas, especialmente en la parte delantera de la frente. Llevan un singular tocado llamado kapopo.
El limado de dientes como práctica
El limado de dientes es una práctica cultural muy antigua entre las tribus del sur de Angola. Esta práctica puede verse no sólo en las civilizaciones africanas, sino también en Vietnam, Indonesia, la antigua China y México.
Se dice que el limado de dientes se realizaba como rito de paso a la madurez, como forma de emular a los animales o por motivos espirituales. Según algunos antropólogos, el limado de dientes también se ha relacionado con el comercio de esclavos. Los esclavos lo utilizaban para irritar o disuadir a los traficantes que valoraban el brillo de sus dientes.
Sea cual sea el propósito inicial, el limado de dientes se utiliza hoy en día sobre todo por razones estéticas o para distinguir grupos étnicos. Con frecuencia se observan los dos incisivos delanteros limados en forma de V invertida, dejando ver un hueco triangular cada vez que sonríen, sobre todo en las mujeres. Sin embargo, hay personas que tienen un diente superior o dos dientes inferiores delanteros desprendidos, o dientes limados, probablemente para ajustarse a sus ritos animistas de adoración a la vaca, que aún se practican.
Algunos miembros de la tribu también dicen que sus frases suenan mucho más dulces cuando hablan con un hueco en los dientes delanteros.
Los Mudimba, Muila, Mucabal y Nguendelengo en las provincias de Huila y Namibe
Es corriente encontrar a los mudimba en el mercado local de la pequeña aldea de Otchinjau. Las mujeres van vestidas con ropa occidental, incluyendo sujetadores, como reliquia de la época en que los misioneros intentaron “enseñarles”. La mayoría de las llevan pañuelos alrededor de sus enormes peinados afro, mientras que las chicas llevan pelucas tradicionales de cuentas, lo que significaba que han alcanzado la pubertad, pero aún no estaban preparadas para el matrimonio.
Namibe, es una ciudad costera de la provincia del mismo nombre. En Chibia, una ciudad colonial situada en la meseta de Hula, vive el pueblo muila. Las mujeres muila son conocidas por sus intrincados peinados hechos con barro, mantequilla, corteza de árbol triturada y pelo de vaca. En el pasado se utilizaba estiércol de ganado, conchas, plantas e incluso comida seca. Llevan la frente afeitada -símbolo de belleza- y el pelo separado en cuatro o seis rastas embarradas llamadas nontombi en la espalda. Las mujeres también llevan collares de cuentas brillantes y apiladas, llamados vilanda para las mujeres y vikeka para las niñas, construidos con cuentas cubiertas de barro (que llevan hasta el matrimonio). Los collares vilanda no se quitan nunca después de ponérselos. Las mujeres utilizan reposacabezas especiales para dormir con ellos.
Los mucabal son un subconjunto de la etnia herero y habitan en las proximidades de Virei. Las mujeres llevan una ompota, un tocado que consiste en un marco de mimbre, rematado con un pañuelo de colores. El oyonduthi, una cuerda alrededor de los pechos lo llevan como sujetador. Las mujeres y las niñas también llevan tobilleras de hierro, sobre todo como adorno, pero también para defenderse de las mordeduras de serpiente.
Lo sobrenatural y el culto a los antepasados son muy respetados en la cultura mucabal. Suelen llevar talismanes y amuletos para ahuyentar el peligro o la desgracia, y sus tumbas están ornamentadas con un gran número de cuernos de ganado que poseyeron a lo largo de su vida.
Los bebés llevan una pieza de madera tallada en la espalda que se retira cuando pueden caminar con seguridad y se conserva para la siguiente generación.
Todo lo anterior sirve para documentar la riqueza cultural que permanece en todas estas tribus, aún alejadas del progreso.
Angola está aún por descubrir.
José Antonio Masiá
Director Viajes Trekking y Aventura
ESP
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